Cuando le preguntas a Google “¿qué es el esprítu navideño?” uno de los primeros resultados dice que:
“El Espíritu de la Navidad es concebido como una energía proveniente del centro del sistema estelar y que cada año trae consigo paz, amor, armonía, alegría, prosperidad para los seres humanos”.
Que, no sé ustedes, pero no tenía ni idea. Crecí pensando que el espíritu navideño proviene más de nosotros, de nuestras familias y de nuestros amigos, pero de pronto es algo que proviene del universo.
Esto tiene sus raíces en una tradición celta donde se creía que durante el solsticio de invierno bajaba una entidad llena de sabiduría que repartía regalos y bendiciones, la tradición continúa hoy en día con la creencia de que este espíritu es capaz de cumplir deseos de personas que han sido buenas. Puedo decir ahora que no siento lógica en esto, pero durante años me pareció totalmente lógico creer que un hombre barrigón vestido de rojo bajaba por mi chimenea. Así que… ¿por qué no?
Al final, como muchas cosas, cosas como la Navidad dependen del contexto en el que vivas. Por ejemplo, en Bélgica, donde actualmente paso gran parte del año, San Nicolás viene el 4 de diciembre a ver qué niños se han portado bien y entrega regalos el 6 de diciembre en lugar del 25 (que es el día en el que yo recibía regalos en México). Honestamente, siempre pensé que todos teníamos una clase de Navidad internacional, pero supongo que solo era una ilusión proporcionada por Hollywood.
Pero más allá de tradiciones, de cómo pasar los días, de lo que marca el calendario, diciembre tiene una carga emocional especial. Tanto si te reunes con tu familia, como si no puedes, tanto si lo celebras como sino. Hay incluso una extraña presión en decorar tu casa, sentirte de cierta manera, creer en que hay magia a tu alrededor. Las personas empiezan a establecer retos para el nuevo año y releyendo mi newsletter del año pasado y todas las expectativas la verdad es que todo me parece abrumador.
He sido siempre una persona especialmente positiva, y creo que eso no ha cambiado, pero cada vez concibo menos perseguir eso de “encontrar nuestra mejor versión”, en “superarlo todo”, en “llegar a grandes metas”. Es bueno, es bonito tener algo por lo que vivir, tener retos, superarlos, pero esta constante presión de ir a por lo siguiente, de ser un proyecto nunca terminado porque siempre hay una mejor versión que vive dentro de ti pero que no conoces aún, es demasiado.
La Navidad puede ser demasiado.
La expectativa de ser feliz puede ser demasiado.
El espíritu navideño puede ser demasiado.
Resignificar la Navidad
Si eres amante de la Navidad, por favor no te sientas atacada. De hecho, este es el primer año en mucho tiempo en el que siento un apego especial por estas fechas. Si esta es una etapa que te gusta, la verdad es que lo entiendo, y estoy muy feliz de que tengas esa oportunidad.
No obstante, creo que hablamos mucho más de lo mucho que tenemos que disfrutar estas fechas más que enfrentarnos al hecho de que está bien que no lo disfrutemos todo. Que te puede encantar decorar tu casa, pero que Navidad te recuerda que un ser amado ya no se sienta en la mesa durante la cena navideña. Que te encanta la cena de Navidad pero te recuerda que tu madre te ha pedido estar a dieta. Que te fascina ver las calles repletas de luces, pero que eso no cambia que a veces te cuesta volver a casa.
Que no puedes viajar para estar con tu familia, que no tienes con quien celebrarla, que no te sientes cómodo con ciertos miembros de tu familia… la lista es larga. Y esperar que todo se alinee para que la Navidad sea perfecta es una expectativa de películas.
Pero, ¿qué tal si Navidad fuera solo una excusa para hacer algo que te gusta? ¿Si Navidad fuera disfrutar de luces en la calle en una temporada que hay más oscuridad durante el día? ¿Si fuera la excusa para comer tu postre favorito? ¿Si es tu oportunidad para aprender a decir: “no, no tengo ganas, pero gracias por invitarme”? De ver a viejos amigos, pero también de decidir acabar con amistades que te lastiman.
No todo lo que es bueno para nosotros se siente bien, y eso es algo muy raro. A veces pasos dolorosos nos ayudan a crear la vida que realmente buscamos, que queremos. A veces para decirle hola a alguien tenemos que decirle adiós a alguien más. A veces aprendemos más de nosotros estando tristes. Y a veces hay cosas que no tienen sentido, y eso también es parte de la vida.
Navidad es solo un día en el calendario, uno que también pasará, y está bien si simplemente dejas que se vaya. Pero, si quieres sumarte “al espíritu navideño” personaliza lo que esto significa para ti.
Para mí, este año Navidad es reconocer que es el cuarto año que no puedo ver a mi familia en estas fechas (y todavía lloro cuando lo digo en voz alta porque me parece una tremenda locura), es también una Navidad donde me gustaría estar cerca de mi mamá, de poder abrazarla y sentarme a hablar con ella largo y tendido de todo lo bonito que me ha pasado estos meses. Es reconocer que las personas que amo tienen una vida que ya no veo. Es una soledad inexplicable esa de saber que eres solo un tema de conversación, que eres una clase de fantasma en el sitio donde creciste.
Pero también ha sido tener nuevas tradiciones para celebrarlo, como cenar días antes con la familia de mi novio, como que una de mis mejores amigas viaje a verme con su novio y celebremos una Navidad diferente. Es reconocer que me he vuelto una adulta que tiene todo el poder sobre sí, sobre su vida. Es mirar este año y ver que renuncié a un trabajo que me hacía muy infeliz, que creé mucho contenido en redes sociales que me hizo feliz, que me enamoré un poco más de la vida, de escribir, de sentirme acompañada por personas del internet que, como tú, me leen en la distancia.
No hace falta que pasen cosas asombrosas para tener una vida increíble, porque hay cosas pequeñas que se vuelven gigantes. Espero que el café de tu mañana sepa delicioso, que la persona que más quieres te escriba, que puedas abrazar a alguna amiga, que si tu familia es un pilar en tu vida la puedas tener cerquita. Con eso, con esas cosas bonitas, creo que el espíritu de la Navidad podrá sonreirte.
Gracias por un año más de leernos. Me hace feliz estar conectada con personas a las que no les he puesto cara, pero sí voz por las letras que nos dejamos.
Que el 2023 sea una oportunidad más para asombrarnos por las cosas pequeñas.
Las abrazo con fuerza,
Muy bonito, me encanta leer tus cuentos, gran abrazo 😘
Ay Paola, que bonito!! Espero que aunque sea lejos de tu familia, pases unos buenos días de vacaciones <3 te mando un abrazo muy grande!!