¿Los romances de invierno funcionan mejor que los de verano?
Sobre el summer love vs la cuffing season
Este fin de semana tuvimos “48 open house” en Barcelona, una iniciativa desde la arquitectura para abrir edificios emblemáticos al público. La palabra “gratis” me sedujo y me aventuré con mi novio y mis amigas a largas filas bajo el sol con el estómago rugiéndome de hambre. Y, aunque el propósito era aprender de arquitectura, durante la hora y media que estuve esperando para entrar a La modelo, una antigua cárcel que sirvió “de modelo” para construir otras prisiones, aprendí algo inesperado: estamos en la cuffing season.
Así que, aunque son las estaciones las que cambian, nosotros y nuestras relaciones inevitablemente cambiamos con ellas. No es casualidad que existan tantos romances de verano que terminan en un dos por tres, ni tampoco es casualidad que muchas relaciones “estables” inicien cuando las hojas empiezan a caerse de los árboles y las mantas empiezan a caernos encima. El término “cuffing season” fue adoptado por el Urban dictionary desde 2011 y en español se traduce a algo así como “estar esposado a alguien”
¿De qué se trata la cuffing season?
La charla con mis amigas derivó en esto porque una de ellas nos contó que en Tinder de pronto “hay mucho material”, pero que no la ha sorprendido en absoluto porque ya estamos en esa temporada del año donde las personas “postulan” para su romance de invierno: relaciones con fecha de caducidad que empiezan cuando el otoño empieza a calar y terminan antes de San Valentín.
Durante el invierno las cosas se vuelven un poco más lentas: los días son más cortos, el frío te invita a ponerte una peli y no hay nada que se pueda antojar más que tener una persona con la que acurrucarse. Tal vez esta sea la característica que encuentro más “curiosa” de esta etapa: no se trata de sexo únicamente, es acerca de lograr tener a una pareja estable con la que realmente compartir tiempo, espacio, cama.
No vamos a mentirnos: a todos nos gusta sentirnos queridos. A veces no es acerca del “amor de nuestras vidas”, sino de encontrar a alguien con quien nos guste pasar el tiempo, que nos haga sentirnos apreciadas, incluso si no es para siempre. Esta es una de las cosas que más me gustó descubrir durante una etapa de mi vida, que a veces hay relaciones que no son para siempre y no por eso son menos intensas, o bonitas. Lo efímero también tiene su dosis de encanto.
Ahora bien, la broma total es que mi novio y yo nos conocimos justo en esta época del año, durante la que yo no tenía ni idea de que se denominaba cuffing season. Para ese momento, debo decirlo, inconscientemente sí que sabía que quería intentar tener algo “estable”, algo que sobreviviera el invierno que, aunque en Barcelona no es terrible, puede calar por allá de los días más fríos de diciembre. Incluso bromeábamos con que tendríamos que terminar nuestra relación en verano porque aquí la humedad y la temperatura suben tanto que, para ser honesta, dormir sola no es mala idea: todo esto hizo que la cuffing season tuviera incluso más sentido.
Así que me pregunté cuánta gente allá afuera siente confusión por ese sentimiento de querer llegar a casa y tener a alguien con quien mirar Netflix y después pasar la noche “de cucharita” y quería decirles que, de alguna forma, es normal. Más allá de la temporada, creo que es válido quererlo, buscarlo, como también es válido no ser parte de este movimiento y encontrarse perfectamente bien sin esto.
Y también decirles que la cuffing season no significa que en cuanto los rayos de sol empiecen a pegar todo se terminará: los castillos que se construyen sobre algo más que hielo pueden sobrevivir la llegada del verano. Solo asegúrate de preguntarle a la persona con la que estás si quiere construir con algo más que hielo, para que sepas sobre qué estás caminando: comunicación, siempre comunicación para salvar a nuestros corazones.
Mi relación va por su segunda “cuffing season” y estoy feliz de pensar que eventualmente siempre bromearemos sobre lo difícil que es dormir juntos en verano, pero al final del día encontraremos la forma de compartir la misma cama y la misma vida porque el amor se trata de elegirnos.
Esta temporada del año viene con hojas naranjas y chocolates calientes, y con newsletters quincenales para lograr balancearlo todo. A partir de este miércoles, me verán en su bandeja de entrada cada quince días, pero, ¡ojo! Nosotras somos algo más que una cuffing season, así que seguiremos cerquita siempre. Ya saben que me pueden escribir en Instagram y Facebook y podemos tener un “Reading and chill” lleno de letras.
Y, como les conté, soy parte de las relaciones que empezaron en cuffing season, así que les comparto un par de fotos de la celebración de “aniversario de primera cita” que tuve con mi ser humano en este mes. ¡La próxima newsletter tendrá fotos muy, muy bonitas de un sitio al que estoy muy emocionada por ir porque celebraremos nuestro aniversario oficial muy pronto! Así que manténganse por aquí para seguirnos los pasos.
Y mientras tango me encantaría saber: ¿Ustedes han tenido un romance de invierno?