Cuando pienso en la gente que me lee casi siempre me imagino a una chica. Es un acto automático que, en realidad, tiene mucho de verdad. La mayoría de mi audiencia son mujeres. Si nos ponemos muy meticulosos, un 90.1% son mujeres en mi franja de edad, entre 25 y 34 años. Incluso, en algún momento, podía ver su estado civil y saber que eran, en mayoría, personas solteras. Recuerdo un comentario que se me quedó muy grabado que era algo así como: “me han vuelto a romper el corazón y siempre termino volviendo a ti”.
Pero detrás de los datos hay caras, hay vidas, hay relaciones o partes de ellas. Hay mucho, muchísimo que no veo.
Y también hay hombres.
De hecho, cada vez hay más hombres que me siguen, que comentan. Y, en especial, decidí escribir esta newsletter hablándoles de esto porque uno de mis videos en Tiktok, por primera vez, ha sido visto y comentado más veces por hombres que por mujeres. Mentiría si digo que no me sorprendió. He repetido el video decenas de veces intentando entender qué hice para conseguirlo. Si les soy sincera, he estado analizando muchísimo mi contenido desde que uno de mis videos se hizo viral, pero ese es tema para otra newsletter.
Mis teorías van por muchos lados. Si es porque hablo de estar con nuevas personas. Si es porque el video es más neutro que otros. No sé, tampoco creo que importe. Porque la realidad es que los hombres también necesitan hablar de sus sentimientos, reconocerlos.
Llevo escribiendo de amor durante muchísimos años. Con ello, creo que me he vuelto más sensible frente a lo que siento, mucho más analítica en dividir lo que involucran mis sentimientos. Aun así, por supuesto, hay mucho que se me escapa. Pero no deja de sorprenderme lo extenso que es el amor. ¡Llevo ya casi diez años escribiendo en Garganta de algodón! En la universidad me decían que claro, es que esto es cosa de chicas.
Incluso, quiero decirlo, uno de mis ex novios me dijo una vez que dejara de escribir de amor porque era el cliché peor visto para alguien que “escribía con tanto talento”. Feliz de haberlo dejado, la verdad es que me pregunto por qué no escribía él de amor, qué había de sucio en escribir de amor.
¿Por qué los hombres no escriben de amor?
Esto es generalizar, porque claro que hay hombres que escriben de amor. Pero ridiculizamos el sentir mucho. No nos gusta cuando alguien, especialmente si es hombre, siente mucho. Los mexicanos tenemos la cultura del “macho”, el “no chille que parece niña”. Los hombres no lloran. Los hombres no verbalizan lo que sienten. Los hombres no miran videos de Tiktok hablando de una ruptura amorosa y lo difícil que es superarla.
Pero en realidad, los hombres lloran. Los hombres escriben cosas preciosas de amor, pregúntenle a Jaime Sabines. Los hombres sí miran videos de Tiktok que hablan de una ruptura amorosa y saben lo difícil que es superarla. Y eso está perfecto. Eso es vivir en el siglo XXI y entender que somos seres que se diferencian por lo que sienten y cómo lo manejan.
La educación emocional debería ser una de las materias obligatorias en las escuelas desde una edad temprana. Las personas que saben identificar lo que sienten tienen más herramientas para alcanzar su felicidad, de eso no tengo ninguna duda. Son también más afectivamente responsables porque empatizan con lo que sienten otros. Al menos, creo que a mí me habría encantado que alguien me dijera durante todos esos años de adolescencia que eran un infierno, donde sentía mucho, muchísimo, que era normal. Que estamos vivos porque sentimos.
Así que sin importar el género, orientación sexual, o ningún otro factor, permítete sentir. Reconoce lo que sientes. Reconoce lo que otros sienten e intenta ponerte en sus zapatos emocionales de vez en cuando.
Nos leemos dentro de dos semanas, queridas amigas -sí, al reconocernos como mayoría yo seguiré hablando en femenino. Gracias por leer y por seguir estas letras.
Les dejo una serie de fotos así, sin más, para pintarles un poco lo que ha ocurrido por esta vida estos días.
Si los hombres expresarán y reconociera su sentir, creo que las relaciones serían diferentes...