Confesiones millennials de una expatriada
Sobre lo que ha sucedido estos últimos 4 años en una vida de caos que ya floreció
Sucedió. Después de un avión con escala en Cuba, de tener tres vuelos en 48 horas y unas ojeras del tamaño de mis nervios, la familia de mi novio y yo aterrizamos en México para que conocieran a mi familia. Pero, más importante todavía, después de un año de baches en los que la salud de mi mamá fue una montaña rusa de emociones, llegué a sus brazos y nos soltamos a llorar.
No creo que haya palabras para encerrar lo bonito que fue reencontrarme con mi familia (incluso con la familia elegida, como mi mejor amiga), lo complejo también porque cada vez que vuelvo es como si recuperara una parte de mí que vive en mi país y a la vez me reconozco como una desconocida porque cada vez que vuelvo soy una persona distinta.
En mi TikTok últimamente veo mucho contenido acerca de lo que sienten otras personas al vivir en otro país. Todo es muy similar, es casi como atravesar un duelo porque lo cierto es que una versión de ti se muere en el cambio. Tienes que soltar a personas y a la vida que has tenido siempre para apostar por aire porque la verdad es que nadie te cuenta que mudarse puede ser complejo, que no es solo armar y desarmar maletas en otra geografía, sino armarte de valor e intentar no desarmarte por completo en el proceso.
Me mudé a España hace cuatro años, y recuerdo que a los pocos meses tuve una videollamada con mi mamá donde me solté a llorar porque le dije que era muy difícil. Ella insistía en que estaba viviendo un sueño que tuve durante muchos años. Yo también lo sabía, pero nada iba bien: había terminado una relación en la que me había proyectado para siempre, estaba trabajando en un sitio donde no me sentía cómoda, me di cuenta de que lo que estaba estudiando (Máster en Edición) parecía no tener un espacio para mí, encima mis primeras compañeras de piso se acababan de mudar y estaba empezando de cero con un par de extrañas en una habitación pequeñísima y sin ventanas. Después de que los primeros meses me “adaptara”, al hacer la cuenta de los daños me di cuenta de que tenía fracturas en todos los aspectos de mi vida y que no sabía cómo solucionarlo.
Luego, pasó, una pandemia mundial agitó al mundo y mi mundo de cristal reventó.
Pero, también, sanó. Puse distancia con el trabajo al estar desde casa, me cambié a un departamento con más luz y una habitación más grande (una tristeza porque JUSTO había llegado una chica a mi departamento con la que conecté enseguida. Coni, si estás leyendo esto, me rescataste de volverme loca esas primeras semanas de cuarentena y te quiero tanto por eso). Luego, en mi nuevo departamento, me empecé a sentir en casa no solo porque finalmente vivía en un lugar que me gustaba, sino porque mis nuevas roomies se convirtieron en dos amigas incondicionales (María e Isa, si están leyendo esto, gracias porque lo que empezó como no tener remedio porque estábamos encerradas juntas se volvió una amistad preciosa). Al terminar el Máster en Edición de libros y después de la época de desempleo más dura de mi vida, decidí darme chance de fallar en lo que pensé que era mi futuro, y empecé a formarme en Marketing.
El Marketing, el iniciar nuevos estudios, en decidir no renunciar a lo que me aferré era mi sueño, me llevó un par de meses después a tener la cita que me cambiaría la vida.
Me siento como escribiendo la historia Millennial de una chica de película, pero no puedo negar que justo en el momento en que estaba más abajo, me tuve que esforzar por rescatarme porque nadie excepto yo podía hacerlo. Esto, por supuesto, no significa que después todo fuera increíble. Tuve muchas citas que fallaron y salí con personas que realmente me demostraron todo lo que no quería tener en mi vida antes de conocer a mi pareja, me topé con esa disyuntiva interna de no saber si estaba haciendo lo correcto, me pregunté mil veces cómo podía tener alguna autoridad en Marketing si yo solo sabía leer y escribir, tuve le Síndrome de la Impostora como nunca. Y es algo que me sigue sucediendo, porque no estoy muerta y mientras siga viviendo nada será perfecto.
Pero, después de cuatro años, puedo decir que al llegar a México de nuevo, al abrazar a mi familia, al poner en palabras mi vida, me di cuenta de que estoy bien. O sea, que sí, que lloro todavía algunos días porque me desesperan algunas incertidumbres, y este año vienen unos trámites legales muy importantes para mí (les contaré en cuanto tenga más certezas en esto), y todavía creo que soy una impostora al hacer cosas como esta newsletter y creer que a alguien le importará leer todo esto, pero… voy a seguir.
Voy a seguir escribiendo y haciendo cosas sentimentales y hablaré de amor hasta el cansancio y seré una cursi y abrazaré a mi mamá y cada vez lloraré. Que viviré dividida porque de verdad creo que cuando emigras y la vida se pone tan compleja hay partes de ti que no recuperas pero que sabes que están seguras en otros sitios, que algunos días nada tendrá sentido, que algunos días todo lo hará.
Pero que, de verdad, valdrá la pena mirar los baches en retrospectiva para florecer.
Viene la primavera y creí que era un buen momento para regar algunos tallos que me sostienen con un par de lágrimas escribiendo esto para poder florecer como se debe. Me gusta ver cómo cada día vamos teniendo luz más temprano y cómo la vida se va acomodando.
Ustedes, ¿qué le dirían a su yo esta primavera para ayudarle a florecer? Yo les digo que está bien tener espinas y está bien florecer más tarde que el resto, que no hay prisa, que no hay vida perfecta y que incluso las vidas que se ven increíbles tienen baches, así que… un paso a la vez. 🫶
Gracias a todas las que leen esta newsletter porque nunca saben qué llegará a sus bandejas de entrada y aun así siempre abren, leen, comparten.
¡Las abrazo bien, bien fuerte!
Nos leemos pronto,
Siempre me encanta leer tus cartas, tú puedes poner, tan bueno, en tus palabras tantas emociones. Gran abrazo 😘
Mi querida garganta de algodooon, claro hay personas que nos interesa leerte, estoy feli de saber que estas en Mexicoo, que este proceso de presentar a tu novio y a su familia sea el mejooor!, un abrazitoo