Advertencia: en esta newsletter no tenemos periodo vacacional
Sobre por qué tomarme vacaciones me resulta imposible
Desde hace unos meses trabajo en una agencia de viajes. Sí, todos los días pienso en nuevos destinos, escribo blogs, desarrollo posts. Combino varias de mis pasiones, pero a la vez me pregunto por las destinaciones.
Y, escribiendo blogs, recorriendo países con la mente y haciendo planes de viaje para otras personas, me di cuenta de algo: Soy MUY mala para tomarme vacaciones.
Pongamos esto en contexto. Soy mexicana y México es uno de los países con menos vacaciones en el mundo. De hecho, en los rankings que me encontré en Google, México casi encabeza la lista teniendo el mínimo mundial con solo seis días, tan solo superado por China con cinco y seguido por Bolivia con siete. En Estados Unidos, por ejemplo, no hay un pacto por ley de días, sino que cada empresa los elige. En general, América parece caracterizarse por… el bajo número de vacaciones. Aunque ojo, esto no pasa en todos los países, pues en Nicaragua los trabajadores cuentan con 30 días por ley. Un continente de contrastes, vaya.
Este es el primer año que estoy trabajando con un contrato en España y por ley me corresponden 24 días de vacaciones. Hablo de 24 días laborales… 24 días completos. De hecho, esto es porque cambié de trabajo, porque de otra forma serían 29 días. ¿Es muy terrible de mi parte tener un pánico interno cuando veo esta cifra? Porque, aunque me emociona, por supuesto, la verdad es que no sé qué hacer con ellos.
No crecí teniendo vacaciones. Aunque en la escuela tenía las clásicas temporadas de no ir a clases, mi familia no se podía tomar ese espacio de tiempo porque estaban el trabajo, la comida, los ahorros… No me quejo, porque tampoco lo eché de menos hasta que crecí, y de hecho ahora recibo muchos comentarios de que “parece que me la vivo de vacaciones”, porque constantemente hago escapadas de fin de semana con mi pareja y bueno, en mis redes sociales se nota que salgo de mi hogar. Pero estos son de alguna forma los únicos espacios que me permito usar. Porque usar los otros, los días libres, desconectar por semanas, me parece un poco… ¿terrorífico?
Tal vez terrorífico no es la palabra, pero es algo que no me siento bien haciendo. Crecer en esta clásica cultura de que te tienes que esforzar mucho o que tienes que hacer mucho, dejar de hacer, tirarte en la arena a “hacer nada”, pasar semanas sin dedicar un espacio de la cabeza a ser productivo… es extraño.
Sin embargo, está comprobado que es lo más sano.
Hace un par de meses leí este artículo en el New Yorker sobre lo miserable que te pueden hacer los emails, el no poder desconectar en vacaciones, pues te preocupas por el cúmulo de pendientes, mensajes, que tendrás esperándote, lo que genera una poderosa ansiedad. Además, está este otro artículo muy reciente en El País titulado “El atracón de oficina previo a las vacaciones: trabajadores quemados porque para descansar antes hay que trabajar el doble”. El estrés que nos genera vacacionar a veces nos quita la oportunidad de disfrutar.
Aun así, estos artículos me hacen pensar que no es solo el email, o el trabajo, lo que nos genera una ansiedad constante. A veces nuestra vida normal, cotidiana, nos puede generar esa misma urgencia: ¿te respondió esa amiga? ¿Le respondiste a ese vieja conocida? ¿Hiciste lo suficiente durante el día? ¿Hiciste demasiado y ahora te están pidiendo que hagas el doble?
El problema que abordo en esta newsletter es solo un punto de partida, porque el problema al final no son el número de días de vacaciones -aunque creo firmemente que México debería replantearse seriamente la cantidad de vacaciones pagadas que le da a sus trabajadores-, sino el cuánto nos permitimos desconectar, cuánto podemos desaprender esa idea de que “hay que ser productivo siempre”. Bajo este principio, me imagino, tomar vacaciones es una tarea imposible porque involucra perder dinero, no ganarlo. Implica cambiar nuestra forma de pensar, programarnos para disfrutar y no para rendir más.
Mi meta ha sido instaurar una rutina de desconexión. Viendo a las personas que deciden no usar el celular en ciertos momentos del día, también me doy chance de tener ratitos muertos donde le doy un peso a mi procrastinación como el mejor primer paso a la creación.
No sé cuál es la situación de cada una de las personas leyendo esta newsletter, pero frente a los meses donde vacacionar es más común, quería simplemente decir que está bien si no sales de vacaciones, si no puedes o si simplemente no quieres. Pero que, como en estos meses hay más horas de luz, hay más calorcito, hay más oportunidades de tomarte un espacio mental, te permitas tener ratos de desconexión, que aprendas a no ser productivo, que desaprendas el “estar ocupado todo el tiempo”.
Eres algo más que una trabajadora, que una profesionista, que una amiga que tiene que estar disponible. Y sé que tal vez tengo a alguna lectora por aquí a la que no le alcanzan las horas del día por la cantidad de trabajo, a la que la desconexión le parece imposible. A ella le quiero decir: Recuerda, no te agotas en uno de tus papeles, eres siempre algo más. Pero para serlo, tienes que darte tiempo de descubrir a esa otra faceta.
Aún no sé cuándo podré tomarme unas vacaciones largas, y tampoco importa mucho porque al final seguro encontraré cómo llenar esos huecos de tiempo, iré aprendiendo de esta nueva realidad que elegí y, la verdad, la disfrutaré. Pero mi prioridad es no tener que morir un poco en mi vida cotidiana para tener estos momentos de desconexión, sino vivir con mi permiso de intentar construirme la mejor vida con balance posible.
¿Ustedes se tomarán vacaciones? ¿Qué harán este verano? Por favor, escríbanme aquí, o en Instagram para contarme. Mientras tanto, les comunico que esta newsletter no se tomará vacaciones y continuará escribiéndose porque me hace feliz tener este espacio para confesarme humana y conocer a otras personas que no tienen miedo de soñar.
Un abrazo y nos leemos pronto,
yo creyendo que llevaba varias newsletters sin leer, y resulta que si las había leído, pero como lo hice desde la oficina y directo de la bandeja de correo pues ni le di like ni nada